En
muchas ocasiones uno ha escuchado quejas sobre el accionar de la
Inspección General de la Municipalidad de Tigre pero la gente
cuando llega el momento de "poner el nombre" a veces
teme represalias o consecuencias (algo que uno, a esta altura y
luego de muchas experiencias, ya ha superado) y además hasta que
uno no lo vive "en carne propia", a veces le cuesta
creer algunas cosas.
Lo
próximo a relatar es un verdadero despropósito del accionar de
esa dependencia municipal y aquí se entrelazan, curiosamente,
varios ámbitos involucrados, tal vez por desconocimiento, por
negligencia y, hasta tal vez, complacencia.
Voy
a ser totalmente claro y concreto: este asunto lo conozco porque
los damnificados son mi hermano y su esposa. Él trabajó muchos
años en la fábrica de pinturas Alba hasta que, en la década
menemista, la empresa que era de Bunge y Born se vendió a
capitales extranjeros y le llegó como a tantos, la
"reducción de personal" al cerrarse su sección de
labor. En ese momento, plata en mano de indemnización, decidió
encarar alguna actividad propia e instaló un lavadero de autos.
Al
comenzar los trámites de instalación del negocio lo asesoré
para que respete todas las normativas y, yo personalmente,
averigué los requisitos para ese emprendimiento.
Fue
así que la primera sorpresa fue encontrar que, de algo así como
8 lavaderos de autos que había en la zona céntrica de Gral.
Pacheco, por lo menos 5 no cumplían "a simple vista"
los requisitos para funcionar con la habilitación
correspondiente. A modo de ejemplo, se requerían por normativa,
600 m2 y varios no lo poseían (y no lo
poseen) ni por casualidad (basta con mirarlos). Tal vez algunos
estuvieran instalados desde antes de la sanción de esta normativa
pero... dudo que todos (y algunos que aparecieron luego, tampoco
la cumplían).
Pero
como esto no es justificación para no estar en regla no importó
y seguimos adelante haciendo todo lo necesario... hasta el
trámite ante la Dirección Ambiental de la Provincia de Buenos
Aires (el cual dudo muchísimo que alguno de los que estaban
instalados tuvieran, según referencias de esta Dirección).
Se
comenzó a funcionar y vinieron épocas malas, las que todos
conocemos, pero a fuerza de trabajo y esfuerzo se pudo mantener la
actividad. La caída de los ingresos generó problemas con los
pagos, por ejemplo, de tasas municipales (situación que está
renegociada porque en esto, la Municipalidad apreta pero no
ahorca).
Pero
este año surgió el problema principal... a escasas cuadras, en
una lugar absolutamente vedado para ello, se instaló un
"lavadero trucho", y digo "trucho" porque no
sólo "no tiene" habilitación municipal sino que
"no podría tenerla" por varias razones: el terreno en
el que está (que aparentemente es usurpado por denuncias que he
recibido de propios vecinos) no cumple las medidas requeridas que
mencioné y además está en una zona que "no está
habilitada para esta actividad comercial" conforme el código
de zonificación vigente.
Este
"lavadero trucho" comenzó a funcionar alrededor de
marzo de 2003 y está ubicado en Patagonia y Quito, de Gral.
Pacheco (cerca de la ex-Ruta 9).
Lo
más increíble viene ahora... en mayo, ante esta presunta
"competencia desleal e ilegal" mi hermano fue a hacer la
denuncia en Inspección General (a cargo del Sr. Roberto Darré) y
allí, un muchacho que atendía (él no sabe su nombre) le
"exigió" el número de CUIT para tomársela diciendo
que "muchas veces hacen denuncias y cuando vamos no hay
nada". Esto es irregular ya que, a lo sumo, se puede
exigir una identificación personal pero la tributaria no
corresponde.
Pasaron
las semanas y el lavadero trucho siguió facturando y cada vez con
más clientela, fue entonces cuando me comentó el tema y fui a
averiguar... resultó ser que en Inspección General "no
había ninguna denuncia radicada". Le recomendé que volviera
a hacerlo y así, está vez mi cuñada, radicó la denuncia
nuevamente el 15 de septiembre de 2003, y esta vez le dieron el
número 765 de la misma (en un verdadero "papelito de
cuarta" que es muy fácil perder y, además no tiene sello ni
firma de quien "exige" identificación).
Suponiendo
yo, evidentemente con toda inocencia, que "prontamente"
Inspección General haría algo, fui 9 días después a consultar
y la respuesta que recibí fue que... todavía no habían ido a
ver... ¿tanto trabajo tendrán los muchachos como para tardar
tanto en "verificar" una denuncia?.
Simultáneamente,
de este tema, fue informada la Delegación Municipal de Gral.
Pacheco, de quienes obviamente no depende "realizar una
clausura" pero a quienes, como a tantos otros funcionarios,
les consta esta situación irregular.
Luego
de mi insistencia en Inspección General (tuve un
"intercambio" con quien atiende la mesa de recepciones
de esa oficina) le llegó la clausura provisoria al lavadero. Esto
demuestra, sin dudas, que algunas cosas no estaban en regla, pues
no quiero pensar que Inspección General clausura "porque
si". Y aclaro que en estas presentaciones mías jamás me
preguntaron ni siquiera mi nombre.
Pero,
increíblemente, para algo que es tan evidente (insisto... está
ubicado en un lugar que "no es zona comercial") el
trámite pasó al Tribunal de Faltas y allí quien se presentó
como "propietario" del mismo es un tal Fuentes, eso nos
informaron en Inspección General.
Luego
no sé que pasó (y francamente no corresponde que tengamos que
estar "siguiendo el expediente" pues no somos fiscales
ni nada por el estilo) pero este "lavadero trucho"
prontamente siguió "como si nada" y, a mediados de
diciembre, goza de "buena salud" y plena facturación.
Cosa que he verificado con mis propios ojos.
Y
no sólo yo lo sé... sino que también lo sabe hasta el yerno de
una Concejala de Acción Comunal de Gral. Pacheco que lleva su
auto a lavar allí (¿será porque luego se lo llevan "a
domicilio"?).
También
la Concejala justicialista Ana Grandi está en conocimiento de
esta situación ya que, es clienta de mi hermano y él, ante la
falta de resultado, se lo comentó y ella indagó, sin resultado,
sobre el tema.
O
sea, Inspección General, Delegación Municipal, Concejales y por
supuesto muchos vecinos, conocen de esta situación evidentemente
irregular que goza de buena salud y, sin dudas, genera una mancha
en cierta área de la prolija gestión municipal del Intendente
Ubieto.
Este
"lavadero trucho" comenzó cobrando $ 4 por auto pero ya
aumentó a $ 5 (¿habrán aumentado sus gastos?).
Quiero
aclarar que a pesar de conocer mucha gente, por mi actividad
pública de años en contacto con autoridades municipales, me
resisto a, por un tema así, tener que pedir una audiencia o algo
por el estilo al Secretario de Gobierno o al Intendente. Estoy
procediendo tal como debería hacerlo cualquier vecino: primero ir
al organismo que corresponde, darlo a conocer a quienes están
más cerca de la cuestión y puedan solucionarla y luego, ante el
evidente falta de resultados, denunciarlo pública y claramente,
sin grandilocuencias ni sensacionalismos. ¿Hay que llegar a esto
para que se cumplan las normas?.
Existe
un espacio igual al que ocupó esta nota para brindar las
explicaciones del caso si fueran necesarias.
Dr.
Mauricio Bernardo Bianchi
mauriciobianchi@eldistrito.com.ar