Si usted quería, podía dormirse una regia siesta santiagueña a lo largo de este aburrido empate que ofrecieron Argentino de Quilmes y Tigre. Para aclarar lo expresado anteriormente, valen los bostezos de los plateistas quilmeños y el cambio de camisetas en señal de amistad entre las barras.

El partido fue como lo describen todos, en la primera etapa Tigre apretó a puro pelotazo para las dos torres que Juan Kairuz puso en el ataque, dado que la cancha estaba en pésimas condiciones y no se podía jugar por bajo, Antonio Ortigoza y Sergio Tejera. Poco participaba Oscar Sánchez y sorprendió Daniel Correa como volante central. Pero todo se terminaba cuando tanto Ortigoza como Tejera cabeceaban desviado o a las manos del seguro arquero local Roberto Lacerre. Por parte del dueño de casa dependía mucho de su capitán Iván Grasso para generar peligro y la sorpresa fue el buen rendimiento del juvenil Fernando Pages.

El complemento mostró una determinación mayor en los dirigidos por Francisco Calabrese en buscar el arco rival, pero por desgracia para el espectáculo duró poco. Kairuz envió a dos rapiditos a la cancha Luis Paraná y Cristian Quiñonez en lugar de Sánchez y Matías Galván (variantes ofensivas) para apretar mas arriba y lo logró pero el arco no se abrió para la visita. A esa altura el mate -apodo de Argentino- ya había renunciado a la victoria ya que el punto los alejó definitivamente de la promoción por el descenso.

El orgullo de los jugadores del Matador posterior al encuentro confirmó que este 1 a 1 entre Tigre y Platense fue más que un empate, porque la recuperación anímica y futbolística de Tigre fue notable. Los defensores no daban un espacio para que Platense ataque, los volantes marcaban y presionaban en cada balón como si fuese el último de sus vidas y los delanteros presionaban en la salida del rival para obligarlos a enviar pelotazos y no ceder el esférico a un compañero.

El partido recién había comenzado y Tigre llegaba mediante los tiros de esquina, se mostraba agresivo con Maxi Guerra, la figura del encuentro, como abanderado de los ataques pero faltaba la puntada final. Antonio Ortigoza, el otro atacante, fue solidario en la marca, se retrasaba para distraer a los defensores y creaba sus propios espacios para llevar riesgo al arco calamar. La primera situación de gol para Platense llegó a través de Daniel Vega que después de sacarse la marca de Pablo Dundo definió por arriba del travesaño, posteriormente una jugada que era posición adelantada finalizó con un remate a las redes de Gastón Soriano que el juez Pablo Lunatti anuló. Eso no fue todo en la etapa inicial, hubo dos jugadas claras de Ortigoza que podrían haber finalizado en gol.

Lunatti adicionó dos minutos y justo en el último un centro de Javier Yacuzzi para Daniel Correa que pateó defectuosamente con tanta suerte que en el camino Silvio Mendoza de Platense trató de despejar esa pelota y fue directamente al arco calamar, 1 a 0 y era justicia aunque con un poco de suerte.

En el arranque de la segunda etapa Guerra desbordó por izquierda y le pasó la pelota a Ortigoza para que definiera en el área menor, pero el delantero correntino no pudo pegarle correctamente y el balón se fue por encima del horizontal. De esa manera, Tigre desperdiciaba una chance de ampliar la ventaja. El dominio del juego era patrimonio de los dirigidos por Juan Kairuz, pero no se traslucía en la red contraria y el dicho futbolero dice sino no los haces, te los hacen y así fue, pelotazo a los 18 minutos Vega desplazó con infracción a Gonzalo Martínez y posteriormente pateó de 30 metros ubicando el balón junto a un poste de Luis Ardente. Para destacar un remate de Soriano que Ardente alcanzó a despejar y centro de Guerra que Cristian Quiñonez -ingresó por Ortigoza a los 23'- cabeceó por encima del travesaño.

Final del encuentro, un punto para cada uno pero un saldo y un crédito a favor de este equipo de Tigre que con mayoría de juveniles del club mostró un gran nivel de juego.

Tigre continúa cuarto con 12 puntos, a 14 del líder Almirante Brown y con escasas chance de clasificar al octogonal final porque de 9 unidades en juego debe conseguir 6 y esperar otros resultados que lo favorezcan en esta zona B de la Primera B Metropolitana.

Tigre volvió a cantar victoria en su estadio, fue 2 a 0 ante un pálido Sarmiento de Junín que no tuvo argumentos para poder imponerse. El partido comenzó luchado y así continuó durante la etapa inicial, con predominio por parte del local, pero como ya es costumbre con falta de profundidad. Sólo una jugada del juvenil Nicolás Covas salió junto al palo del arco defendido por Gastón Castro, o la dudosa jugada donde aparentemente Luciano Goux le cometía penal a Maxi Guerra pero el árbitro Eduardo D’amico no convalidó (expulsó a Carlos Llamos por reiteración de faltas, por eso la visita disputó el complemento con 10 jugadores).

En la segunda etapa el matador supo plasmar la superioridad evidente del juego en el marcador. Centro de Pablo Dundo que Javier Yacuzzi definió de zurda. La pelota era patrimonio de los dirigidos por Juan Kairuz, es por eso que no extrañó que a los 20’ Maxi Guerra aumentara el marcador (el primer gol de su carrera), tanto le costó ese tanto que salió reemplazado por Quiñonez por un golpe en la espalda. El resto del partido fue un trámite y para la anécdota el increíble mano a mano que no definió Ortigoza. El goleador no está en racha.

Con este resultado Tigre es cuarto con 15 unidades a 11 de Amirante Brown (el líder) y a 5 del tercero -Platense- al cabo de 11 fechas disputadas. El próximo rival será Cambaceres, de visitante.