El
16 de octubre de 2001 mandé, a un montón de direcciones de
desconocidos, un mail bajo el asunto “Vida en la naturaleza...!”.
Contaba en ese mensaje que “hace ya unos cuantos años comencé
a descubrir que nada me resultaba comparable a transitar por un
bosque patagónico o una ladera rocosa de los andes centrales o
una costa accidentada chilena que combina montaña y mar o caminar
sobre un glaciar”. Y que también “descubrí que tanto hacer
recorridos como cumbres, tanto la caminata como la escalada,
tienen su espectacular encanto sobre todo si tenés gente cerca
con quien compartir la mateada mientras se disfruta el paisaje en
una día soleado o una noche estrellada y, porque no, también si
lo haces metido en la carpa en una tarde de lluvia o, también me
ha ocurrido, tiritando en al bolsa de dormir en una noche
tormentosa de lluvia o tal vez de nieve”.
En esa ocasión contaba que “muchas veces eso se logra a través
de lo comercial de asociaciones o clubes de montaña que, en
realidad, solo tienen un fin comercial como primera acción” y
que creo en la posibilidad de “juntarnos gente que quiera
compartir sus experiencias de montaña, deportes de aventura,
trekking, escalada, etc. (digamos actividades afines) a través de
fotos, proyecciones de diapos, relatos o simples charlas mate de
por medio y, por supuesto, organizarnos para salir a realizar “vida
en la naturaleza” cuando podamos, coordinemos y nos de el
presupuesto”.
Este mensaje tuvo mucha respuesta y dio origen a la formación de
un grupo de gente con intereses comunes al que llamamos el CLAN
(Club de Andinautas) y este nombre (que lo decidimos entre todos a
propuesta de uno) resume nuestro interés en la naturaleza (en
particular ligada a los Andes) y nuestro medio de comunicación
(internet). La idea prendió de tal manera que hoy somos casi 60
personas de distintos puntos de Argentina que nos conocemos por
mail y, en muchos casos, por encuentros.
Ya hemos organizado salidas y reuniones en la ciudad para
compartir fotos, diapositivas y hasta festejar cumpleaños. Los
Andinautas nos manejamos con un criterio totalmente “no
comercial” y guiados por la buena voluntad y el compañerismo.
Me siento muy feliz de aquella idea tirada al cyberespacio en
octubre de 2001.
Mauricio
Bernardo Bianchi
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