La
"HEMBRA" se apareó con su "MACHO" y quedó
preñada.
A
los nueve meses parió un "BORREGO".
Cuando
nació el "BORREGO", el "MACHO" se hizo el
"BURRO". La "HEMBRA" le dijo:
-No
te hagas el "OSO", tenés que laburar como un
"BUEY" para mantener al "MAMON".
Este
chillaba como un "MARRANO", porque tenía hambre.
El
"MACHO" conmovido, lloró como un "COCODRILO",
pero dijo:
-¡Yo
no soy un "CARNERO" para yugar tanto!
-Sos
peor que una "VÍBORA" -le espetó esta.
-Y
vos sos una "YEGUA" -le contestó él.
-¿Por
que no le das la teta?
-Porque
no tengo leche...
-Si
estás gorda como una "VACA" -le reprochó él.
-Mirá
al "TORO" -dijo ella, riéndose como una
"HIENA".
-Te
voy a retorcer el pescuezo como a una "GALLINA"
-Atrevete
a tocarme, ¡"PERRO"! -y lo "ARAÑA"
-¡"GATA"
salvaje! -le gritó él
-¡Sangre
de "PATO"! -le retrucó ella.
-Pa’
qué me casé con vos... ¡sos más fiera que un
"BAGRE"!
-Ojala
revientes como un "SAPO"
Él
no aguantó más y se hizo "PERDIZ"
Ella
lo amaba.
-¿Dónde
estara mi "OSITO’?
Él
también la quería, pero pensaba que era una "ZORRA", y
a paso de "TORTUGA" volvió a la querencia.
-¿Me
perdonás mi "PALOMITA"?
-Claro
mi "GAVILÁN"
-¿Y
como anda el "POLLUELO"?
-Y...
ya "GATEA"
-¡Aja!.
¿Y no me vas a dar un beso, mi "TORCAZA"?
-El
beso de la "TARÁNTULA" te daría... claro que te lo doy
mi "ORANGUTÁN".
Y
junto al fogón, se amaron al calorcito de la "LLAMA".
Ricardo
Ríos