Como
cada vez que organizo un viaje a las Cataratas del Iguazú, no
puedo dejar de pensar en lo increíble de aquella maravilla de la
naturaleza que volveré a ver.
La
primera vez que viajé a Cataratas tenía 10 años, hoy 20 años
después y con más de 10 viajes al mismo lugar, me siguen
pareciendo un espectáculo imponente.
Así
fue que el 14 de enero, junto a Ricardo, estábamos en el
Aeropuerto Jorge Newbery en Buenos Aires y una hora, y cuarenta
minutos después arribamos al aeropuerto internacional Iguazú, en
la provincia de Misiones.
Si,
es cierto, enero no es la mejor fecha para recorrer las cataratas,
debido al extremado calor pero bueno, yo ya he viajado en todas
las estaciones y la infraestructura hotelera está preparada para
las elevadas temperaturas, y cuando me comentaron la posibilidad
de este viaje, sin dudarlo, armé la valija y partí.
Las
cataratas del Iguazú se extienden a lo largo de 2700 mts y
conforman 2500 km2 entre Argentina y Brasil de selva protegida. En
ambos países declarados parques nacionales y por la UNESCO
Patrimonio de la Humanidad. Se forman en una falla geológica
producida en el Río Paraná que hizo que al juntarse con el Río
Iguazú se convierta en una cascada de unos 80 mts de caída, que
según el caudal llega a los 1500 metros cúbicos de agua por
segundo.
Como
nuestro lugar de alojamiento era en la ciudad de Foz do Iguaçu,
Brasil, tomamos una transfer (que nos costó $ 8 a cada uno) del
aeropuerto hasta la terminal de ómnibus de Iguazú en Argentina
(22 km) y ahí hasta Foz la opción es taxi ($ 50) o Bus de línea
($ 5), nosotros elegimos la opción taxi.
Una
vez en el hotel, ya eran cerca de las once de la mañana y
decidimos cruzar a Ciudad del Este, en Paraguay, zona conocida
como la "triple frontera" ya que se unen ahí los
límites de Argentina, Paraguay y Brasil. Digamos que como
"atractivo turístico" esta ciudad es una zona de libre
comercio donde se consigue lo que guste, desde perfumes hasta
electrónica, pasando por cosméticos y bebidas alcohólicas, todo
obviamente sin impuestos. Pero claro, hay que tener en cuenta
siempre, las restricciones aduaneras.
Cruzar
el "Puente de la Amistad" que se encuentra sobre el río
Paraná y une las ciudades de Foz y Ciudad del Este, no es tarea
fácil, caminando son unos 1500 mts y dos aduanas, otra opción es
el transporte público o el taxi (que fácilmente puede llevar
más de una hora) y hay un método bastante innovador… las
"Motos Taxi" (obviamente muchísimo más rápidas y
peligrosas).
Luego
de un recorrido de más de dos horas con más de 40º de
temperatura y yo tratando de controlar mi adicción por la
electrónica, decidimos volver al hotel, dormir una siestita y
zambullirnos en la pileta. Al día siguiente nos esperaba lo que
realmente íbamos a ver "las cataratas".
Así
fue como a la mañana siguiente nos levantamos, desayunamos y
partimos con destino al El Parque Nacional do Iguaçú en Brasil.
Ahí otra vez las opciones ir en transfer (con un costo de 30
reales cada uno, o sea casi $ 60) o en colectivo (por 2 reales,
menos de $ 4), la elección no fue muy difícil, y como los
colectivos andan con mucha frecuencia, en menos de una hora
estábamos en la puerta del parque.
Una
vez dentro del parque, se sube a un bus panorámico, que mientras
recorre el camino de ingreso al sector de las cataratas va
haciendo diferentes paradas con propuestas como rafting de 4 km
por el río Iguazú, arborismo (canopy) con distintos niveles de
dificultad y rapel donde se descienden unos 50 mts con vista a las
cataratas. El final del recorrido es en el Hotel das Cataratas
donde comienza un sendero de 1200 mts de pasarelas por la margen
derecha del río Iguazú.
Una
vez, me dijeron que en Brasil, las cataratas se ven y en Argentina…
las cataratas se viven..
Y
realmente cada vez me convenzo más de que esto es una realidad,
el recorrido en el lado de Brasil, lleva aproximadamente una hora
y media. Donde no solo se puede apreciar la vista a las cataratas,
sino que también uno va acompañado de una gran variedad de
mariposas multicolor, una flora exuberante y muchos turistas.
Luego
de hacer todo el recorrido, con Ricardo nos volvimos a subir a un
colectivo y de nuevo al hotel, a dormir la rigurosa siesta.
Después disfrutaríamos de la pileta, y al finalizar la cena, a
dormir temprano… porque al día siguiente, nos esperaba...
"Cataratas Argentina"
Bueno,
a la mañana, salimos y averiguamos nuevamente los medios de
transporte que nos podían llevar al parque y nuevamente las
posibilidades de transfer por 120 reales cada uno o colectivo por
un total de 14 pesos entre ida y vuelta…¿se imaginaran cual fue
la elección?. En la terminal de ómnibus encontramos una pareja
de argentinos que estaban en nuestra misma situación o sea, no
tenían idea de cómo llegarían al parque, pero bueno, entre
todos, a algún lado íbamos a llegar.
En
Argentina el recorrido por las cataratas no lleva menos de 6 hs.
ya que la extensión es mucha y se divide en tres circuitos:
superior, medio e inferior.
Con
el tema del "turismo ecológico" en el 2001 se inauguró
un tren a gas que entra en la selva para que todos los turistas
tengan contacto directo con la naturaleza pero no la dañen. Este
tren tiene tres estaciones: Estación Central (que es el lugar
desde donde se accede al tren y se encuentra al ingreso del
parque); Estación Cataratas (donde comienzan y confluyen los
circuitos superior e inferior y el sendero verde); y finalmente la
Estación Garganta.
Los
cuatro juntos entramos al Parque Nacional y recorrimos los 500 mts
que separan el área de acceso y acreditación y la Estación
Central donde tomamos el tren que nos llevaría a la Estación
Garganta. Ahí nos bajamos y emprendimos el recorrido de 1130 mts
de pasarela que desembocan en la imponente "Garganta del
Diablo". Cuando uno llega a ese lugar ve esa caída de agua
de más de 150 mts de ancho y 80 de alto, y ahí flameando la
bandera Argentina, la emoción es tal que por más que haya ido ya
muchas veces, la sensación se renueva. Nos quedamos allí como
media hora, admirando esa maravilla de la naturaleza. El regreso
fue por la pasarela hasta llegar nuevamente a la estación de
donde parten los demás circuitos.
Después
de haber visto la Garganta del Diablo, nos dirigimos a realizar el
"Circuito Superior" el cual permite una vista
panorámica de todos los saltos, a lo largo de ese circuito se
encuentran 6 miradores y áreas de descanso que permiten observar
desde arriba las caídas de agua de varios saltos. Ese es el
recorrido más corto 650 mts de extensión, luego se emprende el
camino hacia el circuito inferior. Con mi compañero de viaje,
estábamos a punto de derretirnos del calor así que hicimos una
parada obligada a comprar agua y seguimos nuestra caminata.
El
circuito inferior permite el recorrido más íntimo por las
cataratas ya que te introduce por debajo de algunos saltos, es un
camino circular de 1700 mts. Este circuito lleva también al
puerto para aquellos que deseen embarcar y hacer una travesía en
gomón por debajo de algunos saltos y llegar hasta la Isla San
Martín, un lugar maravilloso, donde uno puede pasar el día, pero
en este caso, el acceso a la isla estaba cerrado debido a que el
río estaba demasiado caudaloso, y por lo tanto, y por
prevención, no permitían este paseo.
El
"Sendero Verde" no fue un lugar que contara con nuestra
presencia, ya que al llegar a ese punto el calor nos estaba
cocinando y no nos daban las energías para hacer el recorrido de
600 mts. por dentro de la selva. Muy bonito, pero yo ya lo hice
muchas veces, así que ahí emprendimos nuestro regreso a la
Estación Central.
Otras
cosas que ofrece el Parque Nacional Iguazú es safaris ecológicos
y fotográficos, byking, paseos en lancha, rafting por el río
Iguazú, trekking, proyección de filmes, exposición de obras
artísticas de aborígenes y artistas plásticos de la región y
por supuesto es imposible dejar de mencionar la exuberante flora y
fauna que nos acompaña durante todo el recorrido.
Después
de tantos viajes siempre parece que uno ha hecho todo, pero yo
siempre me reservo algo como excusa para poder volver, y lo que me
debo es el "recorrido a la luz de la luna" que se hace
exclusivamente los días de luna llena de todos los meses, así
que... habrá que volver.
Al
día siguiente lo pasamos en la ciudad de Puerto Iguazú
(Argentina) donde nos agobiaron los casi 40º de temperatura y el
porcentaje de humedad y a las 18 hs. tomamos el vuelo de regreso a
Buenos Aires.
Gracias
Ricardo por ser un excelente compañero de viaje y por demostrar
ser un gran amigo.
Este
relato está dedicado a Guille, quien en este viaje, nos
acompañó desde otro lugar.
El
Distrito
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