La iglesia Purísima Concepción de General Pacheco está recuperando su antiguo esplendor, a partir de los trabajos de restauración que se están llevando a cabo gracias al emprendimiento y el esfuerzo que está realizando, con fondos propios el Municipio de Tigre, teniendo en cuenta que se esta hablando de uno de los edificios más importantes y de mayor historia del partido. Fue construido en el año 1886 por iniciativa de Don José Ángel Pacheco, quien heredó las tierras que conformaban el casco de la estancia El Talar.

José Ángel contrajo enlace con una hija de Tomás de Anchorena, llamada Agustina Anchorena. El matrimonio que compartió la pasión por la arquitectura, decidió construir en sus tierras una escuela, un castillo y la parroquia a la cual hacemos referencia.

Deslumbrados por la policromía de los templos italianos, decidieron construir la iglesia de sus sueños, en un estilo neogótico meridional. En octubre de 1884 el Poder Ejecutivo autoriza la construcción de una capilla y una escuela; casi un año más tarde, el 2 de febrero del año 1885, Don José Pacheco y el constructor Francisco Erril, celebraron el contrato para la construcción del actual templo, y el 4 de mayo de 1886 se inauguró la capilla Inmaculada Concepción de María. En el acto de la inauguración, bajo la pura y limpia Concepción de María, hablaron el Arzobispo Aneiros y el escritor Pastor Obligado. Junto con la capilla se abrió la casa parroquial o casa-escuela y ambas siempre estuvieron abiertas al pueblo a pesar de ser privadas. La primera misa fue oficiada por el presbítero Domingo Mazzeo.

Don José Pacheco con motivo del fallecimiento de su mujer, Agustina Anchorena de Pacheco, a los cuarenta y seis años de edad ocurrido en octubre de 1888, encarga al artista plástico oriundo de la ciudad italiana de Brescia, Modesto Faustini, la realización de los frescos en el ábside de la capilla, expresando en su ciclo pictórico los momentos más trascendentes de la vida de María. El mismo artista también realizó obras en la basílica de Loreto (Italia) y en Santa María de la Gracia (Brescia, Italia).

Por otra parte un reconocido escultor romano, Ettore Ferrari en el año 1893, esculpió el altorrelieve de mármol de Carrara ubicado en el altar representando la "Ascensión de un alma".

También este artista fue convocado por la Universidad Romana la cual creó un comité para erigir un monumento a Giordano Bruno, en Roma, en el Campo de Fiori, realizando una suscripción universal para concretar la obra, depositando las sumas recogidas en tres años. En noviembre 1884, otro comité universitario, renovó el propósito, recogiendo fondos y entonces se le confió a Ettore Ferrari la ejecución del monumento.

Cumplimiento de una promesa

El 23 de abril de 1894 muere Don José Pacheco y es enterrado en la cripta subterránea que posee la parroquia junto a su amada compañera. El 17 de abril de 1921 muere a los 42 años José Agustín, hijo de la pareja, a causa de una septicemia, y sus restos fueron depositados en la cripta junto a sus padres.

En 1928, la capilla es donada a la Curia, cumpliendo con lo dispuesto por José Pacheco y su hijo José Agustín. Recién en el año 1963 se le otorga a la capilla la categoría de Parroquia, cambiando su nombre por el de "Purísima Concepción".

Desde la llegada del primer sacerdote, el presbítero Domingo Mazzeo, hasta nuestros días, fueron varios los ministros de la Eucaristía y de laicos que brindaron su tiempo y dedicación para que Dios llegara con su fuerza y su amor a cada uno de los fieles que pasaron por ella, y hoy, a cada uno de nosotros.

En la actualidad nuestro templo pasa por un proceso de restauración que se inicio en el pasado mes de mayo, a cargo del restaurador José Amadeo Mastrángelo, titular de la firma Uffizi. Esta empresa ha realizado otras restauraciones de importancia como el Grupo Escultórico del departamento Central de la Policía Federal, el Teatro Avenida, la plaza principal de San Isidro -B. Mitre-, el restaurante Clark's, el Banco de la Nación Argentina Suc. Lomas de Zamora, la iglesia Sagrado Corazón de María, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Restaurante Park-Zoo del zoológico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y ha tenido participación en el PRAM (programa de restauración de la Av. de Mayo) con motivo de cumplirse el quincuagésimo aniversario del descubrimiento de América (obras en Av. de Mayo 1130/1437).

La historia de la restauración comenzó a mediados del 2004 en una reunión que mantuvieron el Párroco Martín Fassi, Ana María Ramos de Fernández Costa, el restaurador José Mastrángelo y la Arq. Patricia Pisano, quien estuvo a cargo de la anterior restauración realizada en el año 1986 con motivo de cumplirse el primer centenario de la Parroquia. Ellos le transmitieron su inquietud al intendente, Cdor Ricardo Ubieto, sobre el estado en el que se encontraba la iglesia, quien de forma inmediata destinó una partida para la restauración de la misma.

Las obras que se están llevando a cabo son supervisadas por una comisión formada por un grupo de profesionales integrados por la Arq. Patricia Pisano, el M. M. de Obra, Victorio Primiani, el Párroco Martín Farsi, el M. M. de Obra, Ricardo Rosica, el Cdor. Juan J. Pisano y el Prof. de artes visuales Carlos Dematté.

Dada la magnitud de la obra que se está desarrollando se ha decidido dividir las tareas a realizar en varias etapas, en este primer tramo de los trabajos de restauración se pueden apreciar los arreglos realizados en los techos, que incluyó recambios de vigas, tirantes, reposición de pizarras y zinguerías. También se pueden apreciar los arreglos ejecutados en los sectores de las bajadas pluviales y la construcción de colectores principales de desagües pluviales.

Estos trabajos son imprescindibles para la conservación de la Iglesia, aunque para la mayoría de la gente pasen desapercibidos por hallarse los mismos bajo tierra o en las alturas de la cubierta del templo.

Uno de los arreglos que más podemos apreciar es la recomposición de la base de la cruz principal sobre el campanario, la cual hoy volvemos a ver en su ubicación original, también es de destacar los trabajos realizados de planchado en las láminas de zinc que conforman la base del campanario y la restauración realizada en la estructura del mismo lo que permite nuevamente el funcionamiento normal de las campanas centenarias.

Por estas horas, la empresa a cargo de la restauración está dando las puntadas finales a la primera etapa de los arreglos. ¿La última?. No. Ahora el desafío es que también la cripta y el interior del templo recuperen el brillo de sus mármoles y su estado original, recién entonces todos podremos sentirnos orgullosos de poder disfrutar nuevamente de la belleza original de nuestra Parroquia Purísima Concepción.

Fotos de Mauricio Bernardo Bianchi: