Era
31 de enero de 2001 y caímos (Gonzalo y yo) al albergue familiar
de Graciela, en Bariloche, llegando de Chile. ¡Qué bueno tener
amigos así!... nuestro capital en efectivo era de $ 0,75 Gonzalo
y $ 1,50 yo... ¡unos potentados!.
No
importaba eso... ya estábamos en un lugar que tiene la virtud de
tener el paraíso "a un paso" y se lo puede disfrutar
gratis... teníamos equipo (carpa, bolsa de dormir, etc.) y comida
(con polenta, fideos, salsas y esas cosas nos arreglamos). ¿Qué
más necesitábamos?.
Veníamos
de luchar con el peor clima de la Patagonia en nuestro intento de
ascenso al San Lorenzo (ver nuestra edición nro. 102, febrero
2002) y de una estupenda recorrida por el escasamente visitado
Parque Nacional Perito Moreno (ver nuestra edición nro. 106,
junio 2002). Ahora la idea era "descansar" en este lugar
conocido pero que tiene tanto para disfrutar que uno se puede
pasar la vida allí sin llegar a conocer todo.
¿Villa
Horrible?
Al
día siguiente de llegar y acomodarnos en el albergue (que es una
casa adaptada con lo cual mantiene toda la calidez de hogar)
comenzamos a pensar en qué hacer.
Por
correos electrónicos nos enteramos que mi amiga Marina estaría
cayendo a Bariloche proveniente
de Ushuaia en un par de días así
que nos plantemos hacer algo corto, para estar en la ciudad cuando
ella llegara.
Nos
pusimos a mirar los mapas y, como tengo la idea de hace tiempo de
llegar a conocer todos los refugios de la zona, observé que uno
al cual nunca había ido era factible visitarlo en el día,
dormir, y regresar al siguiente... ¡ideal!.
Pero...
¡íbamos a ir solos!... ya habíamos estado solos casi 10 días
en el parque Perito Moreno... ahora queríamos compartir un poco
más. Fue entonces que, con la timidez que nos caracteriza (¿?)
observámos "los espécimenes" que había en el albergue
y detectamos:
-una
pareja de Pergamino (Bs. As.),
él Carlitos (porque a pesar
de ser
treintañero no deja de ser
"Carlitos")
y ella Nora (menos mal que está para ponerle seriedad)
-una
pareja... de amigos... que bautizamos enseguida como "los
médicos de hoy". Uno, Marcelo, médico y novato en la
montaña, el otro Manuel, estudiante de medicina y empeñado en
que Marcelo desarrollara aprecio por las montañas.
Pues
a estos "personajes" les preguntamos que iban a hacer al
día siguiente y al escuchar su falta de planes les propusimos ir
a... "Villa Horrible"...
De
más está contar que pensaban que les tomábamos el pelo...
¿cómo podía haber un lugar con ese nombre?. Hasta que no les
mostramos el mapa no podían creer que un refugio-vivac (sin
refugiero) que se encuentra en las nacientes del arroyo Ñireco (a
unos 20 km. de Bariloche) se llama así.
Pues
nos organizamos y el 2 de febrero tomamos un micro de línea
urbana para bajarnos en la última parada de un barrio y comenzar
a transitar la senda que es muy marcada al comienzo (camino de
vehículos) y luego va ganando altura y encajonándose.
Atravesábamos,
al andar, los diferentes estratos del bosque patagónico, desde
los ñires hasta las lengas pasando por los cohiues y las
infaltables cañas.
En
una parte del trayecto la senda estaba "gastada" y la
pendiente era tan pronunciada que resultaba peligroso transitarla
así que hubo que descender unos metros y volver a subir. ¿Cómo
les puedo explicar el susto del novato Dr. Marcelo?. ¿Cómo les
puedo explicar su cara de alivio cuando vio que esos dos extraños
que lo habían llevado allí le tiraban unos metros de cuerda para
darle seguridad?... Fue muy divertido.
Luego
de varias horas de caminata, charlas conociéndonos y verdadero
disfrute del entorno natural del bosque y la montaña, llegamos al
ya célebre refugio.
Allí
dentro había una salamandra en muy mal estado (este año estuve
nuevamente en el lugar y la han sacado) que preocupaba porque
tiraba más humo dentro que fuera del mismo... en un momento
estábamos los seis afuera y parecía que el refugio se quemaba
por el humo que tiraba.
Esa
noche dormimos allí y como éramos varios no le dejamos lugar a
las lauchas.
Al
día siguiente desandamos el camino, llegamos al barrio y tomamos
el bondi a la ciudad para volver al albergue donde, al llegar, ya
estaba la viajera Marina.
Fue
una linda caminata para conocer un refugio que está enclavado en
un bosque increíble de lengas, rodeado de los cerros Ñireco,
Meta y Pontoneros.
En
la palestra natural
El
4 de enero amaneció lloviendo y no nos decidíamos que hacer
hasta que al mediodía se despejó y salió el sol (típico
patagónico). Entonces le dije a Gonzalo: "¿y si vamos a
escalar a la palestra natural de Virgen Gruta de las Nieves en el
cerro Otto?". Esta es una palestra que suelen usar los
militares para entrenar, tiene las rutas pintadas y son varias y
esta al lado del camino a Villa Catedral, se puede ir en colectivo
común.
De
más está decir que Gonzalo aprobó la idea (él no conocía la
palestra) y gracias a una cuerda que me prestó mi gran amigo
Raúl Muñoz nos fuimos pero, por supuesto, invitamos a nuestros
nuevos amigos: Marcelo, Manuel, Carlitos, Nora y, por supuesto a
la llegada Marina.
De
paso también ligaron la invitación Javier y Esteban, dos
muchachos de Adrogué (Bs. As.) que habían caído al albergue la
noche anterior y nunca habían trepado en una palestra.
Nos
fuimos y disfrutamos de una tarde de sol espléndida en la cual
varios de los invitados tuvieron su primer contacto con la roca.
Tan
contentos estaban los adroguenses que a la noche cayeron al
albergue con frutas y bebidas licorosas y armaron unos tragos
batidos que... para qué les voy a explicar... a esta altura
nuestras cenas en el albergue eran... "chicos, qué
comemos hoy"... y entonces se hacían pizzas, bifes,
empanadas o lo que fuera pero, comunitario... ¡ese día ya
éramos nueve!.
A
la laguna Llum
Luego
de otro día de "organización", disfrutando de la
comodidad del albergue y los personajes que por allí pasaban (un
gallego "comenueces" que no iba al Aconcagua porque
costaba "mucha tela") nos decidimos a hacer una
travesía tradicional de la zona: unir los dos brazos del lago
Mascardi pasando por la laguna Llum (significa
"escondida" en mapuche).
Partimos
Gonzalo, Marcelo, Manuel, Carlitos, Marina, Nora y yo (los de
Adrogué se fueron al refugio San Martín) y, aunque salimos
tarde, luego de descender del colectivo de línea, a unos 20 km.
de Bariloche, comenzamos a caminar costeando el lago Mascardi en
su extremo norte. Cruzamos un campamento de boy scouts que estaba
en la zona del arroyo Fresco y caminamos disfrutando a pleno del
bosque recorriendo senderos entre sus árboles en dirección
norte-sur dejando el lago a nuestra izquierda.
Donde
se encuentra una vieja tranquera nos detuvimos un buen rato para
un estupendo pic-nic y, luego de unos 40 minutos de descanso,
seguimos nuestra marcha pra llegar, a la playa Leones o Mascardi
donde acamparíamos. Nos llevó tan sólo 2 hs. y media toda la
caminata.
Esa
playa es un lugar increíble, pequeña, abrigada de los vientos,
con una excelente vista del Catedral desde el sur, con el lago
cristalino delante y bajo unos enormes cohiues que brindan sombra
y protección.
Allí
disfrutamos de seguir conociéndonos y la naturaleza a pleno.
Mientras
estábamos esa tarde Gonzalo y Carlitos comenzaron a tramar la
"sherpa expedition beer"... tal como fue bautizada su
excursión de la mañana siguiente ¡hasta Bariloche! (horas entre
ida y vuelta levantándose a las 7 hs.) tan sólo para...
¡comprar latas de cerveza! (y alguna gaseosa... ¡puro vicio!).
Al
mediodía regresaron con "la preciosa carga" y
arrancamos hacia la laguna Llum que alcanzamos una media hora
después.
La
cruzamos, ascendimos al paso desde el cual no sólo se ve la
laguna completa sino que se aprecia el brazo Tronador del Lago
Mascardi, el mismísimo Tronador y todos los cerros de la zona
(Bonete, Flores de León, Cresta de gallo, etc.).
¡Una
vista espectacular!.
En
20 minutos
Esa
travesía la había realizado dos veces y, vaya a saber por qué
razón, quedó en mi la idea de que a 20 minutos de bajada del
paso estaba el lugar para acampar... el asunto es que yo decía
"en 20 minutos estamos" y lo repetía... y así pasaron
2 hs. Todos me decían que nunca tuvieron 20 minutos tan largos.
Asi
acampamos en la costa del lago donde desagüa el arroyo La
Volteada y el descanso fue reparador y espectacular la vista al
amanecer del Tronador con sus glaciares rojizos por el sol
matinal.
Ese
día se adelantaron Gonzalo y Carlitos ("el dúo
dinámico") para recibir el equipo de escalada en hielo que
habíamos despachado por el transporte RM hacia el camping Los
Césares (destino de ese día) en el extremo oeste del lago
Mascardi.
El
asunto es que "el dúo dinámico" se perdió antes de
cruzar el arroyo Casalata y no llegaron al micro, por lo tanto el
equipo no lo recibimos (se fue directo a Pampa Linda) y cuando
llegamos al camping acampamos (en la parte gratis... por supuesto)
con la idea de ir al día siguiente a la zona del Tronador.
Hasta
aca el tiempo venía bien pero esa noche ya comenzó a llover... y
mucho.
Pegando
la vuelta
Ante
esta situación decidimos que lo mejor era volver a Bariloche y
pasamos todo el día en las carpas esperando tomar el bus de RM
que pasaba a las 5 de la tarde.
En
esa larga espera soportamos una lluvia... ¡de las buenas! y
¿quienes aparecieron?... los chicos de Adrogué que venían del
lago Jakob por el arroyo Casalata "empapados".
Así
fue que llegó el bondi y, otra vez siendo nueve, volvimos al
albergue. Esa noche la pasamos contándonos salidas de montaña y
disfrutando lo que suele disfrutarse en estas ocasiones... charlas
con esos personajes que uno conoce en los viajes de este tipo y
que, en algunas ocasiones, deja plantadas semillas que luego se
van regando para conformar amistades (así me ha pasado con
Gonzalo, Carlitos y Manuel).
No
me cabe ninguna duda que eso de andar "por los bosques
andinos" es algo inigualable y sé que, en la medida que
pueda, es algo que haré reiteradas veces durante toda mi vida.
Nadie debería perderse la oportunidad de probarlo.
Mauricio
Bernardo Bianchi
andinista@ciudad.com.ar
PARA
VER VIAJES EN LA RES
Varios
de los relatos de "Experiencias" que han enriquecido las
páginas de la Revista "EL DISTRITO" están
publicados en internet. Se trata de vivencias de viajeros pero no
de los típicos circuitos turísticos. Se cuentan viajes
distintos, viajes que tienen a veces un ingrediente de aventura,
en otros casos una descripción de una actividad deportiva no
común (trekking, montañismo, esquíes, etc.) o el descubrimiento
de una cultura y formas de vivir que son extrañas o distintas a
las nuestras.
Estas
historias son, generalmente, de nuestro director pero también de
otras personas y, por supuesto, se invita a participar contando el
suyo.
Ud.
puede ingresar a sitios en los cuales encontrarán relatos ya
publicados pero con la ventaja de poder apreciarlos más en
extenso y ver las fotos en colores.
Ingrese
a:
www.alborde.com.ar
Aquí
se debe entrar a "Trekking" y allí podrá leer "Una
travesía con raquetas y esquíes" y "Unos
Gigantes pasados por agua".
www.lasalida.com.ar
Aquí
se debe entrar a "Experiencias" y allí podrá leer "Expedición
a las Nacientes del Amazonas".
www.aventurarse.com
Aquí
se debe entrar a "Historias de aventureros" o
"Trekking". Allí se podrá leer "Una travesía
con raquetas y esquíes", "Del Mascardi al Hess:
una travesía otoñal", "Por la cordillera de
Chile a Argentina -I y II-", "Expedición a las
Nacientes del Amazonas -I y II-" y "Tigrenses en
el Aconcagua".
www.andinautas.fwd.com.ar
Aquí
se debe entrar a "Trekking" y se podrá leer "Expedición
a las Nacientes del Amazonas" y "Por la cordillera de
Chile a Argentina"
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