EXPERIENCIAS: Mauricio Bianchi

     AÑO X - NUMERO 102 - FEBRERO DE 2002     


En septiembre del 2000 recibí una invitación por e-mail que resultó venir de alguien que no conocía pero que, casualmente, vivía en nuestro municipio. Así Javier me metió en la cabeza, y yo invité a Gonzalo, ir a conocer...

SAN LORENZO: UN CERRO SALVAJE


Así estaba nuestra carpa en una rimaya, que es donde el glaciar se junta a la pared de la roca. El que se ce es el borde del glaciar

 

El cerro San Lorenzo o Cochrane, con sus 3.706 mts., es la tercera altura de la Patagonia Argentina. Se encuentra al norte de la provincia de Santa Cruz y fue ascendido por el Padre De Agostini en 1943 con los guías Hemmi y Schmoll. La población más cercana es Lago Posadas (150 hab.) a casi 100 km.

Javier Bosch (36 años, de Rincón de Milberg) y yo llegamos, desde Bariloche, al pueblo Perito Moreno el 8 de enero de 2001 y allí encontramos a Gonzalo Pérez (20 años, de El Talar) que había viajado en ómnibus desde Buenos Aires. Sin demoras cargamos todo en la camioneta y desandamos los casi 270 km. de ripio hasta la estancia Los Ñires de la familia Sar, en el valle del Río Oro. Ellos son los propietarios de los terrenos por los cuales se accede al San Lorenzo desde el norte, en lo que es su "ruta normal o De Agostini". Nos alojamos en unas habitaciones que ellos poseen para turistas y an-dinistas. Desde allí recorrimos, con dos pil-cheros bien cargados, el largo trayecto hasta el campamento base y, por fin, pudimos apreciar el impresionante San Lorenzo.

 

Comienza el ascenso

El 10 de enero nos levantamos como a las 6 hs. y ascendimos lento primero por la morrena lateral y luego por un pedrero de lajas, rocas grandes, rocas chicas y sueltas, etc., todo con excelente tiempo. Ascendimos a la izquierda de una cascada y aparecimos en un enorme nevero que resultó ser una laguna congelada. Luego de cruzarlo llegamos al llamado "Paso del comedor" donde nos recibió un impresionante viento y bajamos por un roquerío muy suelto a un glaciar. Acampamos en la rimaya.

 

Así se veía el San Lorenzo desde el campamento De Agostoni. La cumbre de esta impresionante montaña esta en el extremo izquierdo, aunque no parezca.

Primer intento

Es increíblemente cierto aquello de que en esta actividad hay un 50 y 50 de físico y mental. Nunca me planteé seriamente que iba a hacer cumbre en el San Lorenzo, casi diría que, ni sé bien porqué, fui con la idea de que "me iba a hacer amigo". Ese 50% no convencido (el mental) influyó notablemente para que el 11 de enero, cuando a las 3 hs. se despierta Javier, ve buen tiempo y sugiere intentarlo yo expresé que estaba muy cansado y desistí. Tenía la sensación de que no disfrutaría la montaña en esas condiciones y, por suerte, mi objetivo sigue siendo "disfrutar lo máximo posible". Mi intuición me decía que hacía bien en quedarme.

Mis amigos salieron en busca de la cumbre... Partieron pasadas las 5 hs. y, sin sorprender, el espléndido tiempo cambió totalmente. A eso de las 15 hs. regresaron en medio de un temporal. Habían avanzado bastante, más que lo que había hecho Javier en su experiencia del ´96 cuando el viento les destruyó las carpas y debieron abandonar.

Llegaron cansadísimos, comieron, bebieron y nos dormimos mientras las ráfagas sacudían la carpa con esa característica furia patagónica.

 

Desde "el Paseo del Comedor" empezamos a ver uno de los tres glaciares que recorreíamos y sus impresionantes formaciones.

Segundo intento

Al día siguiente, a eso de las 4 hs. me desperté y ví todo asombrosamente despejado. Entonces sugerí otro intento aunque ahora los cansados eran ellos, pero finalmente arrancamos pasadas las 8 hs.

Remontamos el glaciar y cruzamos la "Brecha de la Cornisa" -un lugar con un viento increíble- donde ascendimos y descendimos 4 y 6 mts. de roca para acceder al glaciar Calluqueo luego de rodear una laguna congelada antes de ingresar de lleno al glaciar. Este tenía muchísima nieve y ni se insinuaban las grietas.

Avanzamos pasando al pie de los paredones del hombro norte y remontamos la parte alta del glaciar que sería su morrena lateral, también cubierta por hielo.

Subimos hasta un filo descendente que es puro glaciar pero que divide las dos vertientes del Calluqueo y tiene una dirección este-oeste. Allí no sabíamos bien por dónde continuar y venían avanzando rápido nubes amenazadoras desde Chile. Entonces vimos tres andinistas que descendían de la cascada de seracs. Eran Pablo, Daniel y Carlos a quienes Gonzalo conoció en el viaje desde Buenos Aires y que nos llevaban en la montaña un día de delantera.

A los gritos nos comunicamos y nos señalaron su campamento y decidimos ir hacia allí. Ascendimos un poco, cruzamos transversalmente el glaciar hasta su parte media y comenzamos a descender por él. Alcanzamos las huellas de los chicos y las seguimos sabiendo que esquivaron las grietas. Luego de más de una hora llegamos donde su campamento, a una altura de 2.200 mts. cerca de las paredes del Hombro Norte. Charlamos un rato y nos convidaron bebida y comida que tenían en abundancia.

Gonzalo comenzó a hacer una cueva de hielo en un puente caído de una gran grieta que tenía nieve acumulada. No sabíamos si el puente era seguro pero era lo único que había, la otra era volver hasta la carpa. Ya estaba nevando copiosamente y luego de como dos horas de trabajo la cueva estuvo lista. Era bastante confortable para el poco espacio que había. Nos dormimos en medio de una gran tormenta.

 

Gonzalo y Mauricio en un descanso durante el ascenso. El San Lorenzo es puro glaciar con impresionantes grietas.

El tiempo no quiso

Al día siguiente -13 de enero- nos levantamos a las 5 hs. y seguía nevando parejo. Desayunamos y salimos, a eso de las 8,30 hs., luego de discutir si lo hacíamos o no.

Fui de primero de cordada y todas las grietas enormes que se veían el día anterior estaban tapadas, la visibilidad a veces llegaba sólo a 30 mts. y, en el mejor de los casos, llegamos a ver las paredes de roca (unos 200 mts.). El día anterior pudimos apreciar que algunas grietas eran tan grandes como para meternos dos de la cordada sin darnos cuenta y ahora estaban tapadas y no había referencias: era todo blanco arriba y abajo... todo igual.

Aterrorizaba la idea de caer en esas enormes fauces de hermoso azul que, directamente no se veían pero sabíamos que estaban ahí. Discutimos por donde ir... dudamos... avanzamos... aparecían grietas... retrocedimos rápido ante la duda y seguía nevando y nevando.

En un momento quedamos mudos al escuchar una especie de trueno que era, sin dudas, la caída de un serac... por unos segundos nos miramos los tres sin emitir sonido, expectantes y enseguida llevamos nuestras miradas hacia de dónde creímos que provenía el sonido. El silencio volvió pronto aunque pareció una eternidad... ahora estaba decidido... ¡volvemos a la cueva!.

Dí dos pasos y me caí en una grieta que se mostró enorme, salí y luego de dos pasos más volvió a ceder el piso... estábamos en una grande y nunca supimos si Gonzalo también.

Seguimos nuestras huellas y al poco de andar descubrimos que las primeras estaban casi borradas por la permanente nevada. Finalmente a las 10,30 hs. estábamos de nuevo en la cueva. Le avisamos a los chicos y nos dijeron que los esperemos y regresemos todos juntos.

Ellos habían hecho el camino hasta allí desde abajo del glaciar, nosotros desde arriba, así que ellos guiarían la retirada, al descender encontraríamos mejor tiempo.

 

¡No hubo un accidente! Las piernas son de Gonzalo que hacía la cueva de hielo en la enorme grieta sobre el glaciar mientras lo observa Javier

Un largo regreso

A las 13,30 hs. levantaron ya campamento y nos pusimos los seis en marcha en dos cordadas. Pablo guiaba siguiendo sus propio camino de hacía dos días. Cruzamos una zona de hermosos seracs y puentes de hielo sobre grietas. Comenzamos a descender directamente al Calluqueo perdiendo mucha altura por una ladera en la cual encon-tramos nieve que, al pisarla, nos hacía hundir hasta las rodillas, cayéndonos permanen-temente. A eso de las 15 hs. comenzamos a remontar el Calluqueo aún con tormenta y totalmente tapado de nieve, tanto que recorri-mos unos 10 km. hasta la Brecha de la Cornisa ascendiendo 500 mts. y sólo encontramos una grieta. Llegamos a la brecha y allí había un viento sencillamente increíble.

Ascendímos la roca para descenderla del otro lado donde... desaparecía el viento y hasta parecía empezar a mejorar el temporal que ya llevaba como 30 hs.

Pablo, Carlos y Daniel se detuvieron a comer y nosotros seguimos para levantar nuestro campamento. Llegamos a nuestra rimaya a las 19 hs. y comenzamos a levantarlo pero los aleros de la carpa tenían hielo encima y había que picarlo para sacarla. Pasaron los chicos y nosotros estábamos aún en tarea.

Recién a eso de las 20,30 hs. comenzamos a descender, muy cargados y con mucho trajín encima. Atravesamos el glaciar hasta el Paso del Comedor y descendimos el nevero de la laguna congelada tirando las mochilas y con un espectacular "culipatín".

Mauricio dentro de la cueva de hielo. Era tan alta y ancha como se ve y tenía unos 4 mts. de largo. Se tardó 2 hs. en cavarla.

Llegamos hasta la cascada, cruzamos un par de pequeños neveros y entramos netamente en el pedrero. Oscurecía pronto, eran más de las 22,30 hs., y con la última luz tenue bajamos el peor de los pedreros donde Gonzalo se pegó un par de porrazos fuertes.

Pasadas las 23 hs., con la última luz, luego supimos que Pablo, Carlos y Daniel habían llegado al campamento base. Nosotros recién salíamos del pedrero más difícil pero aún nos quedaba un buen trecho. El tiempo había mejorado muchísimo y hasta la temperatura era agradable, no sentimos frío.

Al salir del último pedrero se debe encarar el arroyo pero equivocamos donde cruzarlo (estábamos en total oscuridad, con una tenue luna) y terminamos transitándolo un trayecto casi por su cauce y yo, hasta probé sentarme en él... ¡qué frío estaba!.

Sabíamos que el arroyo cruzaba la morrena y lo seguimos hasta que apareció ésta y encontramos las pircas que marcan la senda hasta el campamento base. Las perdimos y las volvimos a encontrar, con las linternas prendidas, y llegamos al campamento a las 2 hs. de un día largo.

Desde la llegada al arroyo hasta el campamento nos siguió de cerca un zorro.

En el base atacamos los restos del cordero que nos había obsequiado la señora Sar y nos acostamos a dormir como a las 4 hs. todos en el refugio.

 

Esos "puntitos" somos nosotros ascendiendo el glaciar Calluqueo (10 Km. y 500 mts. de desnivel).

¡Hasta la vuelta!

El 14 de enero, a eso de las 10 hs. nos levantamos y llegó Mario Sar con el pilchero para buscarnos. Desayunamos tranquilos y conversamos con nuestro nuevos amigos, despachamos el pilchero y luego partimos nosotros también, a eso de las 15 hs.

La caminata fue muy larga, llovió y luego mejoró. Debimos cruzar el frío río Oro y luego nos perdimos hasta que volvimos a encontrar la senda, entre esto y la diarrea que le agarró a Javier nos demoramos y, para variar, llegamos a Los Ñires de noche, a las 23 hs. Al día siguiente, luego de arreglar dos ruedas pinchadas en la camioneta de Javier, iniciamos el regreso con una parada a almorzar en Lago Posadas, en lo de los agradables y serviciales Fortuny, para llegar de noche a Perito Moreno.

Nos quedamos con la inmensa experiencia de haber vivido una semana en uno de los lugares verdaderamente más inhóspitos de nuestra Patagonia, donde el tiempo no perdona y la paciencia debe primar. Nos queda pendiente el regreso para aprovechar la experiencia de haber recorrido, por lo menos, más de dos tercios de su ruta de ascenso.

Luego de haber estado allí me convencí más de que "hay que hacerse amigo" para que el San Lorenzo te deje subir y, por supuesto, ir con más días pero, sin lugar a dudas, transitar sus bosques, sus pedreros y sus glaciares es andar por "un lugar verdaderamente salvaje".

 

Mauricio Bernardo Bianchi

 


Viajes en la red

Se sigue reflejando en internet relatos de "Experiencias" que han enriquecido las páginas de la Revista "EL DISTRITO" desde hace ya bastante tiempo. Se trata de vivencias de viajeros. Pero, como es evidente al leer los relatos, no de los típicos circuitos turísticos. Se cuentan viajes distintos, viajes que tienen a veces un ingrediente de aventura, en otros casos una descripción de una actividad deportiva no común (trekking, montañismo, esquíes, etc.) o el descubrimiento de una cultura y formas de vivir que son extrañas o distintas a las nuestras.
Estas historias son, generalmente, de nuestro director pero también de otras personas y, por supuesto, se invita a participar contando el suyo.
Los invitamos a ingresar a sitios en los cuales encontrarán relatos ya publicados pero con la ventaja de poder apreciarlos más en extenso y ver las fotos en colores. Ingrese a:
www.alborde.com.ar
Aquí se debe entrar a "Trekking" y allí podrá leer "Una travesía con raquetas y esquíes" y "Unos Gigantes pasados por agua".
www.aventurarse.com
Aquí se debe ingresar a "Historias de aventureros" o a "Trekking". Allí se podrá leer "Una travesía con raquetas y esquíes", "Del Mascardi al Hess: una travesía otoñal", "Por la cordillera de Chile a Argentina -I y II-" y "Expedición a las Nacientes del Amazonas -I y II-".

DIGICOM GROUP

QUILLEN Producciones

NetSER ¡SER Internet o no SER!

Email: info@eldistrito.com.ar  Powered by NetSER 

Optimizado para el Internet Explorer 5.5 o sup. en 800 x 600

ACTUALIZADO: Thursday, 28 de February de 2008

Los nombres e íconos de EL DISTRITO - Para que lo conozcamos

 son marcas registradas de Quillen Producciones - © Copyright 1992-2007

Todos los derechos reservados al ® Quillen Producciones & ® DigiCom Group

 Diseño y hosting de NetSER ¡SER Internet o no SER!

PUBLICACIONES

ASOCIADAS

 EL DISTRITO - PERIODICO GENERAL PACHECO - PERIODICO DON TORCUATO - PERIODICO EL TALAR

INFORME PERIODICO  - QUILLEN PRODUCCIONES - TIGREVISION