EXPERIENCIAS: Mauricio Bianchi

     AÑO X - NUMERO 101 - DICIEMBRE DE 2001     


UN BARILOCHE PARA TODOS


Disfrutando de la laguna Verde en Chall-Hua-Co

 

La hermosa "Capital de los Lagos del Sur" ofrece múltiples posibilidades para todos. Permite que todos puedan disfrutar de acuerdo a su interés. Aquí va un relato de algunas actividades que se pueden emprender sin problemas. Es...

 

Siempre llegar a San Carlos de Bariloche (Río Negro) es un regocijo, sea en avión o en ómnibus, ya que todo su entorno es como escapado de un cuadro. Ver de repente el enorme lago Nahuel Huapi es un regalo para las retinas que no olvidarán esa imagen nunca. Lo mismo pasa con observar la ciudad recostada sobre el cerro Otto, descendiendo hacia el lago y 

custodiada en sus espaldas por las laderas del cerro López, las imponentes torres del cerro Catedral o las nieves eternas de Anoon (el cerro Tronador).

Disfrutando de la laguna Verde en Chall-Hua-Co

Pues eso es lo que hacía el 2 de enero del 2001, junto a Vicky, llegar y admirarme, una vez más a pesar de la cantidad de veces que lo he hecho, con el paisaje descripto.
Más alegría tenía ya que, además de todo eso, tengo amigos entrañables allí y la llegada significaba verlos luego de varios meses.

 

Chall-Hua-Co

Apenas llegados -y ya lo había coordinado por correo electrónico anteriormente- ya estuve en contacto con ese buen tipo llamado Clemente Arko que tiene a cargo el refugio J. J. Neumeyer en el valle del Chall-Hua-Co. Hacia allí partimos inmediatamente llevados en 4 x 4.
Una vez en el refugio comenzamos con la tarea de disfrutar el entorno. Nos dirigmos primero al mirador del valle que está cercano al refugio para luego ir a la Laguna Verde, que se encuentra a unos 40 minutos de caminata.

El Refugio J. J. Neumeyer se encuentra emplazado en medio del bosque de lengas

Esta laguna se congela durante el invierno (está a unos 1.400 mts. de altura) y es muy entretenido caminar y correr sobre ella cuando esta en ese estado.
La llegada de la noche trajo la primera experiencia de dormir en refugio para Vicky. Como es poca la gente que se queda en el Neume-yer, teníamos donde elegir para dormir y así lo hicimos con toda comodidad y el cansancio que se siente cuando se hizo algo agradable.
La calidez del refugio, de su gente, y el increíble entorno en el cual está lo hace único. Sobre todo teniendo en cuenta que, en verano y con buen tiempo, es posible llegar hasta el mismo en el vehículo propio pues hay un camino hasta su puerta y está a sólo 25 km. de Bariloche.

 

Cerro Tronador

Luego de disfrutar del valle del Chall-Hua-Co regresamos a Bariloche para tener nuestra primer noche 

Desde el playón donde llega el turismo convencional se aprecia lo importante que es el Ventisquero Negro en el cerro Tronador de San Carlos de Bariloche

de alojamiento ciudadano. Al día siguiente nos fuimos temprano en el Transporte RM que, coordinado por Graciela, realiza el servicio regular diario -en época estival- de Bariloche a Pampa Linda (al pie del Tronador).
Nos fuimos con la idea de acampar en Pampa Linda para conocer los alrededores pero... el tiempo lo impediría.
Luego del viaje de 80 km. llegamos a Pampa Linda y allí nos dirigimos pronto hasta las zonas turísticas por excelencia: la Garganta del Diablo y el Ventisquero Negro.
La primera es una sucesión de increíbles cascadas (luego de contar más de 30 te cansás) que caen del glaciar Castaño Overo, que se encuentra en lo alto de la montaña.
Estas cascadas conforman el río Blanco que, más abajo, se junta con el Manso.

En este lugar hay una confitería que es visitada por los numerosos turistas que llegan en sus vehículos sin inconvenientes.

 La increíble vista de la "Garganta del Diablo"

Luego caminamos hacia la zona del Ventisquero Negro pero avanzamos saliendo del camino y tomando la parte alta de la morrena lateral del glaciar que íbamos a observar.

Aparecimos en la parte alta pudiendo mirar tan bien el glaciar que hasta veíamos que había gente en el medio del mismo. Eran los del curso de escalada en hielo que dicta el Club Andino Bariloche y que realiza prácticas allí.
Caminamos por la morrena escuchando los desprendimientos de hielo y la caída de piedras dentro del mismo glaciar. Ello representaba un sonido muy especial que disfrutábamos a pleno.
Descendimos al playón que utilizan los turistas que llegan en automotor y, desde allí, se ve mejor el tamaño del glaciar.
Luego volvimos a subir a la morrena para recorrerla hasta su final (unos 400 mts).

El saltillo de las Nalcas es un lugar digno de visitar

Extraña sensación era esa de como "ir acompañando" el glaciar en su desarrollo (o más bien retroceso). Tanto es así que llegamos a su punta y descendimos para sentarnos en un roquerío ubicado en el medio del río. Desde allí, de frente al ventisquero negro, se podía apreciarlo en toda su dimensión. Se podía ver cómo desciende de las alturas de la montaña en grandes desprendimientos, grandes rugidos que le otorgan su nombre a la montaña (Tronador). Y es que, verdaderamente, parece que estuviera por llover al escuchar esos sonidos que, en realidad, son roturas y caídas de hielo.
Allí donde estábamos el ventisquero se derrite dando origen al río Manso. Estábamos sentados en el medio de la muerte del glaciar y el nacimiento del río.

Luego de disfrutar este paseo aparecimos en el camino e hicimos dedo con suerte ya que nos llevaron casi hasta Pampa Linda.
Como el tiempo nos alcanzaba nos dirigimos al espectacular Saltillo de las Nalcas. Es una caída de agua de unos 15 mts. que forma un estanque simulando todo una gran ducha pero ubicado en un hermoso bosque. Basta una caminata de una media hora para llegar, sin desnivel, y es una verdadera picardía no hacerlo.
Volvimos a Pampa Linda y, como el tiempo ya se había planteado con lluvia, decidimos que no nos quedaríamos acampando, así que regresamos en el ómnibus a Bariloche, luego de "una excursión de un día".

 

Desde el cerro Ventana se posee esta hermosa vista del cerro Oto y el lago Gutierrez

Cerro Ventana
Una de las grandes ventajas de Bariloche es que uno puede "ir a la montaña" simplemente tomando un micro de línea común y, casi sin darse cuenta, ya está transitando bosques, laderas... ¡montaña!.

Así hicimos al día siguiente y nos fuimos, en un micro de línea, hasta el barrio El Pilar para encarar el ascenso al cerro Ventana.
Este cerro tiene a sus pies la Ruta 258 (que va hacia El Bolsón) y el lago Gutiérrez y forma parte del cordón del Ñireco.
Tiene la particularidad de poseer, en una de sus laderas y bien alta, una especie de ventana natural del tamaño de tres hombres. Esta característica es observable desde muchas posiciones y así fue que le quedó la denominación de Cerro Ventana.
Bajamos del micro y comenzamos a ascender atravesando un bosquecillo de árboles no autóctonos (pinos) que abundan en esta zona ya que fueron plantados y, también, se quemaron hace unos años.

Exelente lugar para un pic-nic. Cerro Ventana y, al fondo, Bariloche y el lago Nahuel Huapi

Nos tocó un hermoso día y, a medida que ascendíamos, la vista mejoraba a cada momento.

Desde la ladera del Ventana comenzamos a ver todos los alrededores porque no había cerros que lo impidieran: el Otto, el Catedral, los más alejados, el lago Gutiérrez, el Nahuel Huapi y, por supuesto, la ciudad de San Carlos de Bariloche.
Nuestro ascenso se hizo lento (era la primera experiencia de este tipo para Vicky) y habíamos comenzado tarde. Si bien teníamos la intención de subir a la cumbre no nos desvelaba y las vistas y las fotos sacadas ya nos tenían satisfechos así que, sumado a ello que el tiempo comenzó a ponerse amenzante.
Comimos algún bocadito que habíamos llevado y comenzamos el descenso para ir de nuevo a tomar el colectivo que nos llevó al centro de Bariloche. Por la noche se largó a llover "con ganas" y seguiría así.

Curanto
El día siguiente amaneció totalmente lluvioso lo que invitó a prolongar el descanso pero para el mediodía ya estábamos en camino a la tradicional y pintoresca 

localidad de Colonia Suiza, a unos 25 km. de Bariloche.
El motivo de nuestra visita en ese día era "hacer algo" en un día de total lluvia, saludar amigos y "comer curanto".

En descenso, por la ladera del cerro Ventana

Fuimos hasta el camping Hueney Ruca para tomar unos mates con "Maguila", ese bonaerense que encontró en aquella zona la paz que falta aqui.
Luego de los mates ya era hora del curanto que estaría listo.

Esta es una comida tradicional que se hace en la tierra. Se cava un pozo en el cual se calientan leños con piedras bochas (esas redondeadas por la acción del agua de los ríos) y cuando estas están calientes se sacan los leños y se los cubre con hojas de Pangüe (planta autóctona de grandes dimensiones, también conocida como Nalca).
Sobre esta capa de hojas se coloca la comida que consiste en carne de asado y cordero, achuras, etc. También calabazas con ensaladas, manzanas, papas, zanahorias, batatas, etc.
Luego se cubre todo con otra capa de hojas de Pangüe, unas arpilleras y, por último con tierra.

Aproximadamente a la hora y 15 minutos comienza a salir humo de esta virtual "olla a presión" y entonces se desentierra todo y se sirve. Su sabor es delicioso.
En febrero de cada año se realiza, en Colonia Suiza la Fiesta Municipal del Curanto realizándose uno para más de 1.000 personas.
Luego de disfrutar de esta tradición, y corridos por la permanente lluvia, tomamos otro colectivo para regresar a Bariloche.

 

Hacia otros rumbos
El último día que compartíamos en Bariloche también fue malo y nos limitó a recorrer el centro (especialmente la feria artesanal), descansar y visitar amigos.
Por la noche vino desde San Martín de los Andes Javier, para buscarme pues nos íbamos a Santa Cruz para intentar el ascenso al cerro San Lorenzo... pero eso es otra historia.
Luego de cenar y, con una impresionante lluvia, cargamos mis cosas en la camioneta y partimos a medianoche.

 

Mauricio Bernardo Bianchi

 


Viajes en la red

Se sigue reflejando en internet relatos de "Experiencias" que han enriquecido las páginas de la Revista "EL DISTRITO" desde hace ya bastante tiempo. Se trata de vivencias de viajeros. Pero, como es evidente al leer los relatos, no de los típicos circuitos turísticos. Se cuentan viajes distintos, viajes que tienen a veces un ingrediente de aventura, en otros casos una descripción de una actividad deportiva no común (trekking, montañismo, esquíes, etc.) o el descubrimiento de una cultura y formas de vivir que son extrañas o distintas a las nuestras.
Estas historias son, generalmente, de nuestro director pero también de otras personas y, por supuesto, se invita a participar contando el suyo.
Los invitamos a ingresar a sitios en los cuales encontrarán relatos ya publicados pero con la ventaja de poder apreciarlos más en extenso y ver las fotos en colores. Ingrese a:
www.alborde.com.ar
Aquí se debe entrar a "Trekking" y allí podrá leer "Una travesía con raquetas y esquíes" y "Unos Gigantes pasados por agua".
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Aquí se debe ingresar a "Historias de aventureros" o a "Trekking". Allí se podrá leer "Una travesía con raquetas y esquíes", "Del Mascardi al Hess: una travesía otoñal", "Por la cordillera de Chile a Argentina -I y II-" y "Expedición a las Nacientes del Amazonas -I y II-".

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ACTUALIZADO: Wednesday, 07 de November de 2007

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