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Nosotros
y el imponente Lanín detrás |
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Comencé
a mandar e-mail convocando a una Expedición al Volcán Lanín,
segunda altura de la Patagonia Argentina,
y finalmente nos juntamos seis. Como la organización era
realmente completa hasta decidí darle nombre a la
Expedición y como éramos cinco varones y una mujer se nos
ocurrió bautizarla como...
Ya
había visto ese libro en Bariloche, lo vendía el legendario
bibliotecario del Club Andino Bariloche -Vojko Arko-, debe de
haber sido uno de los pocos libros que no le compré, pero allí,
en esa librería de
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Este
fue el único paso difícil que encontramos en el ascenso |
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Junín
de los Andes, no podía resistirme a llevarme "El Cóndor del
Lanín". Así conocí la historia de Don Vidal Pérez que
subió por primera vez el Lanín en alpargatas (llevando un par de
repuesto, por supuesto) en febrero de 1950 para "hacer algo
por el año del Gral. San Martín".
Luego de ese ascenso siguieron más, muchos más, más de 40 por
parte de quien sería el "guía oficial" del Lanín.
No entiendo de otra forma disfrutar un viaje que no sea completa,
o sea, conociendo también la historia, las historias del lugar y
sus personajes. No podía ir al Lanín y no saber algo de este
hombre o de quienes ascendieron por primera vez los 3.776 mts. del
volcán Lanín, tanto por el norte (zona Tro-men) como por el sur
(zona del Huechulauf-quen).
El
viaje
Mi inquietud por viajar me llevó a mandar invitaciones a a-migos
y conocidos de montaña con los
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No
tuvimos un accidente, solo practicabamos normas de seguridad |
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cuales
ya había andado (Néstor y Lorena), otros que conocí por
internet y era la primera vez que íbamos a la montaña (Daniel y
Gonzalo) y otro que había conocido en Córdoba y, cuando se
enteró que íbamos al Lanín se "autoinvitó" porque le
falló (por el tiempo) el ascenso que tenía pensado con una
expedición comercial, o sea, pagando (Juan Manuel).
Fue así que organizamos lo que denominamos la Expedición
"Los bellos y la bestia" - Lanín 2000 jugando con que
éramos 5 varones y 1 mujer.
Salvo Juan Manuel, que viajó un día antes, llegamos a Junín de
los Andes el domingo 12 de noviembre y nos recibió,
increíblemente, una nevada importante que depositó 10 cm. en la
misma ciudad. Inusitado para la época del año y nos hacía temer
la posibilidad de intentar el ascenso.
Nos alojamos en el albergue Tromen e hice contacto con un viejo
conocido (Javier Fernandez) de una familia amiga de Gral. Pacheco
que vive... justo enfrente de donde nos alojamos. Fue una tarde de
charla y mates, esperando que mejore el tiempo y preparando y
organizando el equipo.
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El
Refugio del Ejército en el cual nos alojamos tres noches en
la montaña |
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Hacia
la montaña
El amanecer del lunes 13 no fue nada auspicioso, seguía nevando.
Encima nos contaban que guarda-parque y gendarmería mandaban de
vuelta a los que querían subir.
Pasamos el día buscando transporte y nos pudimos comunicar con el
guardaparque (Nico) que nos autorizó a ir hasta la seccional.
Contamos con la suerte de que Gonzalo había hecho un curso de
escalada en hielo con Nico el verano anterior en el Tronador
(Bariloche)... y Gonzalo es un tipo que, cuando lo conociste, es
difícil que te lo olvides.
Así fue que a la tardecita de ese día estábamos asombrándonos
de encontrar unos 30 cm. de nieve en la base del Lanín.
¡Increíble para esa época del año!.
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El
viejo refugio del Ejército y el refugio del CAJA son los
otros que existen en la cara norte |

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Charlamos
con el guardaparque, revisamos el equipo, llenamos los permisos de
ascenso y nos pudimos alojar en lo que, en verano, se usa como
proveduría evitando tener que hacer carpa. Polenta, hermosa luna
para apreciarla, el frío que se hacía sentir y... a la bolsa de
dormir.
Comenzando
el ascenso
El martes 14 amaneció espectacular, totalmente despejado y
comenzamos a ascender partiendo desde el guardapaque alrededor de
las 8 hs.
Atravesamos un precioso bosque de araucarias e inmediatamente
comenzamos a cruzar una gran extensión de coladas volcánicas.
Luego de ello tomamos la denominada "espina de pescado"
que es una de las dos rutas principales que posee la vertiente
norte de la montaña. Se le llama así porque, vista desde abajo,
parece la espina dorsal de un pez.
Recorrimos un trecho la misma y la dejamos para cruzar y tomar la
llamada "senda de las mulas". Sin embargo en la
depresión entre ambos filos de la montaña aprovechamos para
"hacer pic-nic" y dedicarnos a practicar técnicas de
seguridad en nieve dictadas por "el guía" Gonzalo
(cuando llegamos a Junín de los Andes le hicimos creer a Juan
Manuel -acostumbrado a pagar- que Gonzalo, de 19 años, era guía
y nos cobraba $ 300).
Aqui nos divertimos un rato "desparramándonos" en la
nieve para probar como detener una caída.
Luego seguimos lentamente avanzando, buscando la senda que había
desaparecido bajo la nieve que, para esta época del año, no
debía estar allí.
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Aquí
estamos todos dentro del amplio refugio que, por suerte, lo
teníamos solo para nosotros |
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Ello
provocó que en una parte del trayecto tuviéramos que destrepar
una zona rocosa complicada pues ir por la senda de mulas
significaba atravesar un inclinado y peligroso nevé.
Cada tanto parábamos, disfrutábamos el paisaje que ya nos iba
regalando hermosas vistas del lago Tromen y los volcanes chilenos
(el Lanín es limitrofe).
Tanto nos dedicamos a "pasear" que cuando nos quisimos
dar cuenta ya se nos venía la noche y empezamos a preguntarnos
"¿cuándo llegaremos al refugio?".
Pues llegamos con las últimas luces... cerca de las 20 hs. lo que
significa que establecimos un verdadero record... tardamos casi 12
hs. para algo que se puede hacer en 4. ¡"Los bellos y la
bestia" más lentos del mundo!.
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Descansando
unos minutos antes de emprender el ascenso de la canaleta
final que conduce a la cumbre del Lanín |
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¡Un
paseito por allí!
Salvo Juan Manuel (siempre ansioso) todos estábamos de acuerdo en
que, luego de tanto tiempo de caminata, el día siguiente debía
ser de descanso y como el tiempo estaba tan bueno que nos parecía
que aguantaría, decidimos que, el miércoles 15 no intentaríamos
la cumbre. Nos dedicamos a pasear.
La mayoría no tenían experiencia en hielo y nieve así que
aprovechamos ese día para "practicar" caminar con
grampones y cosas por el estilo.
Nosotros nos alojamos en el refugio Argentina del Ejército (2.260
mts.) que tienen 3 o 4 años de antigüedad y capacidad para 16
personas cómodas. Pero hay, en esa zona, dos refugios más: el
viejo refugio del ejército (que está bastante afectado y no se
le augura mucha vida más) y el del CAJA (Club Andino Junín de
los Andes) que parece una "carpa de chapa".
Nos dedicamos a conocerlos y visitarlos ese día y aprovechar para
dejar "nuestra huella" en la nieve.
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Increíble
vista del Lago Tromen y la zona limítrofe |
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Regresamos
al refugio, comimos, bebimos (había que derretir nieve),
descansamos y nos preparamos para el intento de ascenso así que
nos fuimos a dormir temprano.
Hacia
la cumbre
El jueves también era un día espectacular y nos levantamos a las
3 hs. para finalmente salir pasadas las 4 hs. Teníamos 1.500 mts.
de desnivel por delante.
A eso de las 5 hs. amaneció pero durante la oscuridad (que no era
tanta) pudimos aprovechar nuestras huellas dejadas el día
anterior en la nieve.
El frío era intenso y cuando ya el sol estaba a-pareciendo en
plenitud llegamos a la zona del refugio más alto, el CAJA (2.450
mts.). Allí comimos algo.
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Los
últimos tramos del ascenso vistos "desde arriba" |
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Luego
seguimos y la pendiente se comenzaba a hacer pronunciada y a
hundirnos mucho en la nieve cuando el sol comenzó a derretirla.
Eso comenzó a dificultar el ascenso, sobre todo a Néstor que,
con sus más de 100 kg. se hundía mucho y se cansaba demasiado.
"Esto es un cumpleaños de 15", dijo Gonzalo porque
mientras ascendíamos cada tanto nos parábamos, comentábamos el
paisaje, hablábamos de tal o cual libro de montaña que habíamos
leído y, por supuesto, pensábamos en próximas expediciones.
Pasaban las horas y, debajo de nuestros pies, la nieve y los
metros. Al llegar al pie de la canaleta final, la zona más
empinada, Néstor me dijo que no daba más, que se volvía.
Lamenté de corazón que no subiera porque era, de los que estaban
allí, con quien más quería compartir la cumbre pero... él
tiene la gran virtud de conocer sus limitaciones.
Me dio un abrazo, deseos de suerte y la cámara para que le saque
unas fotos y regresó.
El resto seguimos con nuestro avance y, salvo una parada de Lorena
"para ir al baño" en el lugar más incómodo que se les
pueda ocurrir (sobre la nieve con 45° de inclinación),
continuamos sin problemas.
Llegamos a la antecumbre y allí nos esperamos para subir todos
juntos y, así a las 14,30 hs. pisé, con las últimas estrofas de
"Tranquila" de Javier García, la cumbre del Volcán
Lanín que nos dejó llegar a sus 3.776 mts. para "ver
todo" desde esa atalaya privilegiada, ya que es la segunda
altura patagónica (luego del Domuyo).
Lagos, montañas, volcanes, todo lo que se les ocurra se podía
apreciar desde esa altura y con un día espectacular. "Un
verdadero cumpleaños de 15", a decir de la buena y simple
definición de Gonzalo.
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El
grupo salvo uno, en la cumbre de los 3.776 mts. del Lanín
el 16 de noviembre de 2000 |
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El
regreso
Luego de media hora en la cumbre descendimos realizando un
espectacular culipatín a lo largo de los 400 mts. de la canaleta.
Luego seguimos para abajo disfrutando el ver el paisaje de frente
todo el tiempo.
Néstor nos esperaba ansioso en el refugio pues se había quedado
sin recipientes para derretir nieve.
Disfrutamos de esa noche y al día siguiente limpiamos el refugio
y a las 11 hs. comenzamos a descender, con un día espléndido y
llegamos al guarda-parque a las 14,30 hs.
Allí nos vino a buscar la camioneta, tal como habíamos acordado,
y regresamos a Junín de los Andes (65 km.).
Apenas llegados a la ciudad nos fuimos (así como bajamos de la
montaña) a un bar donde unas
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Como
no podía se de otra forma: en la cumbre con la bandera
Argentina. Al fondo tres importantes volcanes chilenos |
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cervezas, empanadas y papas fritas nos
sirvieron de "merienda".
"Los bellos y la bestia" hicieron cumbre en el Lanín...
y eso no es poco. Contacto con la naturaleza, conocerce más,
afrontar contingencias y superarlas, hermosas vistas y paisajes y
riqueza humana. Todo eso en conjunto. ¿Se puede pedir más?.
Entonces volví al Cóndor del Lanín y leí que Don Vidal decía:
"allá en la montaña, pareciera que al ir paso a paso hacia
la cumbre, con sacrificio, con cansancio se van dejando en el
camino cargas inútiles como el orgullo, la soberbia, la vanidad,
que todos en mayor o menor medida tenemos...".
Mauricio
Bernardo Bianchi